La hernia discal es una afección de la columna vertebral, concretamente de los discos que se sitúan entre las vértebras, siendo más comunes en las regiones dorsal y cervical. Afecta a millones de personas en todo el mundo, comprendiendo entre el 1% y el 3% de los dolores de espalda. ¿Es tu caso? ¡Pues escucha los consejos de un fisio!
A menudo, es una fuente de confusión y preocupación en los pacientes que la sufren, pero entenderla puede ayudar a aliviar parte de esa ansiedad.
En este artículo, trataremos de despejar algunas dudas para explicarte qué es exactamente una hernia discal, sus síntomas, causas y opciones de tratamiento.
¿Qué es una hernia discal?
La columna vertebral está compuesta por vértebras separadas por discos intervertebrales, que actúan como amortiguadores y permiten la flexibilidad. Estos discos se componen de 2 partes, un núcleo gelatinoso y un anillo fibroso que lo rodea. Una hernia discal ocurre cuando el núcleo gelatinoso en el interior de uno de estos discos se desplaza o sobresale a través de una fisura en la capa exterior más dura.
Esto puede ejercer presión sobre los nervios cercanos, que salen de la columna vertebral hacia todo el cuerpo a través de los agujeros de conjunción, y esta compresión provocada por la hernia discal puede causar dolor y otros síntomas.
Cabe destacar que los síntomas de las hernias discales tienen lugar principalmente en el momento en el que la hernia discal está en proceso de producirse, y que una vez ‘estabilizado’ el proceso, la mayoría de los síntomas de esta discopatía remiten.
Síntomas de la hernia discal
Los síntomas de una hernia discal pueden variar según su ubicación en la columna vertebral y la presión ejercida sobre los nervios. Estos síntomas de la hernia discal pueden ser graves, leves o incluso, como pasa en la gran mayoría de casos de hernia, inexistentes. Algunos síntomas comunes incluyen:
Dolor local: El dolor en la espalda baja (lumbar) o en el cuello (cervical) es uno de los síntomas más comunes, ya que esta protrusión discal cursa con un proceso inflamatorio que afecta a las regiones cercanas.
Dolor irradiado: La hernia discal puede causar dolor que se irradia hacia las extremidades, como los brazos o las piernas. Esto se conoce como radiculopatía. En este caso, el nervio afectado provocará síntomas a lo largo del recorrido que inerva.
Entumecimiento y hormigueo: Puede experimentar sensaciones de entumecimiento o hormigueo en las áreas inervadas por el nervio afectado por la compresión.
Debilidad muscular: La hernia discal puede provocar debilidad en los músculos que están inervados por los nervios afectados.
Aunque todos estos síntomas de las hernias discales puedan resultar extraños y preocupantes para el que la sufre al ser normalmente desconocidos para el paciente, que no cunda el pánico, son los síntomas habituales al producirse cualquier tipo de lesión en el nervio. Los nervios son los encargados de trasmitir todas estas sensaciones al cuerpo, por lo que, hablando fácil es ‘su forma de expresarse’ cuando están sufriendo alguna molestia.
Causas de la hernia discal
Las hernias discales pueden ser causadas por una variedad de factores, que incluyen:
Envejecimiento: A medida que envejecemos, los discos intervertebrales pueden perder elasticidad y volverse más propensos a herniarse. Se trata de un proceso fisiológico natural que afecta a toda la población.
Lesiones traumáticas: Lesiones repentinas o accidentes pueden dañar los discos y provocar una hernia.
Estilo de vida: El tabaquismo, la obesidad y la falta de actividad física pueden aumentar el riesgo de desarrollar hernias discales.
Tratamientos para la hernia discal
El tratamiento de una hernia discal puede variar según la gravedad de los síntomas y la ubicación de la hernia y pueden comprender desde técnicas de fisioterapia destinadas a combatir el dolor y las molestias hasta la resección quirúrgica de la hernia discal. Algunas opciones incluyen:
Terapia física: Ejercicios específicos pueden ayudar a fortalecer los músculos y mejorar la postura para aliviar el dolor. También medios físicos como el calor o el frío colaboran a controlar los síntomas de las hernias discales.
Ejercicios de neurodinámica: Automovilizaciones del nervio que tienen un efecto analgésico y que colaboran en que la protrusión discal respete el espacio de la raíz nerviosa, reduciendo así los síntomas por estas dos vías.
Medicamentos: Los analgésicos, los relajantes musculares y los antiinflamatorios pueden proporcionar alivio temporal del dolor.
Inyecciones epidurales: Estas inyecciones pueden reducir la inflamación alrededor de los nervios afectados.
Cirugía de hernia discal: En casos graves o cuando otros tratamientos no han funcionado, la cirugía puede ser necesaria para eliminar la hernia discal y aliviar la presión sobre los nervios.
Hernia discal, ¿cómo se cura?
La hernia discal es una afección dolorosa pero tratable. Si experimentas síntomas que podrían indicar una hernia discal, es importante buscar atención sanitaria.
Con el diagnóstico adecuado y las opciones de tratamiento disponibles, la inmensa mayoría de las personas pueden recuperarse y llevar una vida plena y activa. De hecho, más del 50% de la población tiene hernias discales en su columna vertebral pero la inmensa mayoría ni siquiera lo sabe ya que son asintomáticas.
Recuerda que este artículo es solo informativo y no reemplaza el consejo de un profesional sanitario. Si tienes preguntas y preocupaciones o estás buscando soluciones para tu hernia discal, no dudes en acercarte a Clínica Podium donde te podremos atender con nuestros especialistas para que te olvides de tu problema cuanto antes con una atención personalizada y de calidad.
Comentários